martes, 28 de junio de 2011

Recursos del Nivel Inicial

Importancia de los Cuentos en la Educación Inicial.

La literatura infantil es una manifestación artística, un modo de comunicación particular, que logra conectar con un singular y complejo destinatario: el niño. 
En la medida en que el adulto establezca un juego entre el lector-niño y el texto literario, se contribuirá a su crecimiento emocional e intelectual y se le concederá importancia a la literatura. 
El adulto, como mediador, deberá seleccionar la literatura adecuada, y para hacerlo deberá atender a un determinado concepto de "niño", según su experiencia y la información que le aportan otras disciplinas como la Psicología, la Lingüística, la Sociología,...Todo ello permitiría atender al niño real y concreto en su medio. 

En la actualidad, las escuelas están dándole la importancia educacional debida a los cuentos y narraciones en el aula. Años atrás, sólo eran utilizados para cerrar el día con un momento de relajación y fantasía. Pero, al mismo tiempo, esas mismas caritas llenas de ilusión y asombro frente a las increíbles historias que escuchaban de labios de su maestro o maestra, señalaban ya el poderoso potencial del cuento como herramienta educacional, además de recreativa. 
Podríamos preguntarnos, por ejemplo, qué tienen de formadoras y educativas aquellas narraciones de príncipes y princesas, castillos, casas mágicas y seres fantásticos; o cómo pueden formar la moral de los niños y niñas.  

En los cuentos, los fenómenos del mundo y de la vida están sublimizados de tal modo que descubren potencialidades, gestos de significación implícita y mensajes de virtud que van a servirnos siempre. Conocerlos y vivenciarlos constituye un acto educativo de la mayor importancia para los niños y niñas, pues permiten generar sensibilidad acerca de múltiples circunstancias de la realidad, tanto concreta como imaginaria. Al mismo tiempo, nos muestran las actitudes necesarias para cambiar esa realidad, a favor de un mejor destino y de una mejor condición del ser humano. Ese es el rol de la literatura infantil como instrumento de crecimiento y desarrollo integral que buscan los buenos educadores para el niño y la niña, y si se hace de manera innovadora, pues mejor que bien. 
El cuento se considera un rico instrumento que ayudará al niño o la niña a construir sólidas estructuras en su fantasía, a reforzar su capacidad de imaginación y creatividad, a ampliar el mundo de la experiencia infantil,... 

Los cuentos son el elemento formativo por excelencia de nuestro carácter, personalidad y forma de ser.



Cuento
Enfadator
Enfadator era el nombre del proyecto secreto destinado a crear la máquina de discusión perfecta, un robot capaz de vencer cualquier disputa. En su desarrollo se habían utilizado las más modernas tecnologías, y poseía un sistema único que le permitía aprender de situaciones anteriores, y de todos los enfados que presenciaba.
Desgraciadamente, Enfadator se perdió y durante años estuvo desaparecido sin que nadie supiera nada de él, hasta que fue encontrado por casualidad.
Intrigados por cómo se habrían desarrollado las habilidades de discusión de Enfadator durante ese tiempo, los responsables del proyecto prepararon una dura prueba para el robot. Disfrazado como un maleante, lo llevaron a una oscura taberna, de esas llenas de delincuentes en las que cada noche se suceden numerosas broncas y peleas. Y ocultos en una esquina, esperaron a ver sus reacciones.
No tardó en aparecer un grandullón de aspecto fielísimo con ganas de pelea, que sin venir a cuento empujó a Enfadator con malos modos.
¡Qué emocionante! Desde su esquina esperaban ver cómo el robot hacía picadillo a aquel bruto, pero no ocurrió nada de eso. Es más, no ocurrió nada, y el bruto comenzó a enfurecerse y a gritar cada vez más. Enfadator seguía quieto, completamente parado, y sus inventores pensaron que estaba definitivamente averiado.
Pero entonces, cuando más furioso parecía aquel tipo enorme, Enfadator comenzó a moverse. Se estiró cuanto pudo, haciéndose más grande, extendió dos enormes brazos y levantó la cabeza para mirar al provocador. Sus ojos no eran como el fuego, ni como rayos láser, ni siquiera tenía la mirada del tigre. Al contrario, Enfadator parecía... ¡un angelito feliz! y era la viva imagen de la dulzura, el cariño y la comprensión. Y antes de que el bruto pudiera darse cuenta, estaba dándole un gran abrazo a aquel tipo con ganas de pelea, mientras le decía: “tú lo que necesitas es un buen amigo y un poco de cariño, ¿verdad?”
Y probablemente fuera verdad, porque una vez recuperado de la sorpresa inicial, el grandullón se mostró mucho más amigable, y estuvo charlando amistosamente con Enfadator durante un buen rato.
Y así descubrieron cómo resolvía el temible “Enfadator” todas las discusiones, pues de sus viajes por el mundo había aprendido que cuanto más enfadada está una persona, mejor le sienta un poco de cariño.

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